Para nadie es una novedad que la relación entre Mario Vargas Llosa y el presidente Alan García ha mejorado notablemente, sin embargo poco se ha dicho de cómo se dio ese acercamiento. En entrevista con el diario chileno “La Tercera”, el escritor peruano contó detalles de la reconciliación personal que tuvo con el presidente aprista tras superar duras críticas entre ambos.
Vargas Llosa narró que todo nació con una columna en la que invitó a los peruanos a votar por García en la segunda vuelta de las elecciones del 2006 y una posterior visita del edecán del presidente.
“Pensando en su primer gobierno, dije que había que votar por él, aunque fuera tapándose la nariz. Para mi gran sorpresa, su segundo gobierno ha sido completamente distinto”, dijo Vargas Llosa a “La Tercera” y agregó: “(Luego) Tuve un problema de salud, estuve en el hospital y él envió un edecán a saludarme e hizo una declaración pública muy cariñosa. Entonces, yo fui a agradecerle. Fue la primera vez que nos vimos después de muchísimos años”.
Según contó Vargas Llosa, desde ese momento las relaciones entre él y García empezaron a ser más cordiales y nació la idea del Lugar de la Memoria.
“Tuvimos una conversación cordial ahí, en el Palacio de Gobierno y después nos reunimos a cenar. En esos días surgió, de pronto, la posibilidad de construir un museo dedicado a las víctimas de la violencia (…) Él aceptó mis razones y me pidió que presidiera la comisión encargada del museo”, refirió el escritor de “La fiesta del chivo”.
Fiel a la sinceridad que lo caracteriza, el literato nacional dijo que particularmente creía que el cambio había sido del presidente y no de él. “Indudablemente, desde el punto de vista de las ideas, ha habido un acercamiento. Sin ninguna jactancia, yo diré que el que cambió fue él, porque yo seguí defendiendo, exactamente, las mismas cosas que hace 20 años”, indicó.