La familia es la empresa más importante que el ser humano puede emprender y constituir, ya que es allí donde puede trascender, sembrando valores universales y eternos que construyan vidas, que a su vez estén capacitadas para construir el mundo a su alrededor. Lamentablemente la familia de hoy se ha desvirtuado en su naturaleza, propósito y función, así como en los roles y responsabilidades que cada uno de sus miembros debe asumir. Esto es por apartarse de su Creador y Diseñador, de su “roca firme”, de su “fortaleza y refugio”, de su “verdad y su luz”. Ya sin el poderoso adhesivo del amor, los miembros de la familia son invadidos del más profundo egoísmo y la indiferencia y el desamor no tardan en venir.
Esto, sumado a la vida acelerada, a la gran demanda laboral, al poco tiempo para lo importante, la crisis económica, el auge de las enfermedades mentales y las dependencias, ha hecho que la familia se vuelva una bomba de tiempo. En cualquier instante, puede estallar la más cruel violencia contra los más indefensos como son la mujer y los niños.
Pero lo más grave, no es el flagelo como tal, sino la indiferencia de quienes podemos hacer algo al respecto. Recordemos las palabras de Elie Wresel, Premio Nobel de Paz y sobreviviente de un campo nazi durante la segunda guerra mundial:
“Ante las atrocidades tenemos que tomar partido, la posición neutral ayuda siempre al opresor, nunca a la víctima. El silencio protege al verdugo, nunca al que sufre”
En el caso de la mujer, el Señor le ha dado poderosos recursos para que ella se levante como protagonista del nuevo rumbo que la historia de la humanidad ha de tomar. Son dones, herramientas y recursos que la hacen muy fuerte, capaz de lograr cambios verdaderos a su alrededor.
El primero de ellos, es su extraordinaria capacidad para amar y para proteger. Desde que la niña nace su cuerpo está potencialmente capacitado para generar, albergar y sostener la vida humana. Desde muy pequeña, la niña manifiesta una naturaleza sensible y maternal, que le permite asumir por sí misma, sin que nadie se lo indique, la tarea de proteger a los más débiles. Son las mujeres las que siempre han cuidado de la familia y de la comunidad indefensa, han asumido la protección de los niños, de los ancianos, de los enfermos y discapacitados, de sus propias familias o de otras. Son las mujeres las que han asumido históricamente un rol social tan importante, especialmente en los momentos de mayor crisis, sin el cual muchas sociedades habrían sucumbido.
Lamentablemente, hoy existen muchas mujeres separadas de este diseño original, que a causa de desconocer que Dios es su fuente inagotable de todo bien, buscan desesperadamente la felicidad y se desgastan buscando seguridad y afecto, y terminan convertidas en seres muy distintos a la tierna y compasiva criatura que Dios creó para bendición de la familia y de la sociedad. Más bien, hoy abundan las mujeres egoístas, que sólo anhelan cosechar logros, que buscan ser importantes y no útiles en las manos del Señor, que han olvidado entrar en sociedad con Dios para que Él las bendiga, las prospere, las haga felices y de paso, se constituyan en bendición para los suyos; tristemente, han llegado a ser factor de caos, de desolación y muerte. Sólo cuando una mujer se vuelve a Dios y permite que Él haga el tratamiento de amor, moldeando y tallando su propia imagen, quitando lo que no sirve y añadiendo lo que falta, la mujer tendrá un nuevo corazón, misericordioso, que se conmueve y se compromete como lo hizo Jesús, sin que ni el miedo, ni la duda ni absolutamente nada pueda detenerla.
Hay ejemplos maravillosos de mujeres que actuaron en armonía con la voluntad de Dios, convirtiéndose en instrumentos preciosos, escogidos para cumplir sus perfectos planes en pueblos y naciones enteras, como es el caso de las parteras de Israel evitando a costa de su vida uno de los peores genocidios de todos los tiempos de la esclavitud del pueblo de Dios en Egipto (Éxodo 1:15-21); el caso de la madre y la hermana de Moisés, quienes a riesgo de su propia vida escondieron al pequeño durante tres meses y luego idearon un plan para preservarle la vida.. ¡y lo lograron! Fue también el caso de Débora inspirando, acompañando y apoyando la vida de Barac, el capitán del ejército de su pueblo Israel para que actuara en defensa de su pueblo. También Ester, la indefensa joven huérfana que con gran valentía desafió las injustas leyes persas y los malvados planes de poderosos enemigos que buscaban aniquilar a su pueblo por completo.
El propósito de este evento es involucrar a todas las mujeres en una verdadera campaña a favor del establecimiento del Reino de Dios, reino de justicia, de paz y de amor, en cada familia, en este tiempo, con la misma valentía como lo hicieron aquellas mujeres heroínas de la humanidad. De esta manera, traigamos de vuelta el amor, la ternura, la equidad y el respeto, a todos los hogares y a la sociedad en general, y todos juntos luchemos por restaurar los derechos más sagrados de los seres humanos, en especial de los niños: El derecho a la vida y a la dignidad.
Acompáñenos este Viernes 20 de Mayo en el Auditorio de la Municipalidad Provincial de Ilo a las 6:00 Pm.
Expositora: Psic. Dalila Davelouis de Jácobo
Te esperamos!!!
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